HECHOS HISTÓRICOS (Segunda Revolución Industrial)
HECHOS HISTÓRICOS DURANTE LA SEGUNDA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
La cura del escorbuto
La enfermedad era un tormento frecuente para los marineros y contra ella se intentaron varios tratamientos.
El explorador británico James Cook recomendaba malta y chucrut o col agria, mientras otros optaban por el "elixir de vitriolo" (una solución diluida de ácido sulfúrico), hacían sangrías y aplicaban pasto en la boca del paciente para contrarrestar los "malos atributos al aire del mar".
Pero dentro de este abanico de imaginativos remedios, algunos resultaron ser efectivos. Los marineros que comían ratas estaban protegiéndose sin darse cuenta, ya que el animal sintetiza su propia vitamina C. Algunos ya habían sugerido los cítricos (otra fuente de vitamina C) como posible cura.
El explorador Sir Richard Hawkins describió en 1622 que "los limones y las naranjas ácidos" eran "muy fructíferos".
James Lind era el hijo de un comerciante de Edimburgo, Escocia, y se unió a la Marina Real como asistente del médico principal a finales de la década de 1730.
Sus servicios le permitieron observar los efectos del escorbuto de primera mano. En 1747, a bordo del buque HMS Salisbury, llevó a cabo uno de los primeros ensayos clínicos controlados en la historia de la ciencia médica.
Tomó a 12 hombres que sufrían síntomas similares, los dividió en seis parejas y los trató con remedios sugeridos por autores previos:
- un cuarto de sidra al día
- 25 gotas de elixir de vitriolo, tres veces al día
- media pinta de agua del mar al día
- una pizca de pasta de ajo, semillas de mostaza, rábano picante, bálsamo de Perú y resina de mirra, tres veces al día
- dos cucharadas de vinagre, tres veces al día
- dos naranjas y un limón
Al final de la primera semana, aquellos que se habían tratado con los cítricos se encontraban lo suficientemente bien como para cuidar del resto.
Su "Tratado sobre el escorbuto" contenía una revisión de la literatura existente sobre la enfermedad y apareció en 1753, cuando Lind ejercía como médico en Edimburgo.
Él se enorgullecía de haber conquistado una enfermedad que "durante la última guerra, resultó ser un enemigo más destructivo, y acabar con más vidas valiosas, que los esfuerzos conjuntos de los ejércitos franceses y españoles".
Pero no fue hasta 42 años después que el Almirantazgo británico dio la orden de que se distribuyera jugo de limón entre los marineros.
Los historiadores todavía debaten por qué no se actuó antes en base a los descubrimientos de Lind.
Gracias todas estas investigaciones se consiguió que la navegación fuera un poco más segura para todos los marineros y se facilitó las grandes expediciones de la edad moderna y contemporánea.
AUTORA: IRENE 6ºC
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